Textos: Grassa Toro / Ilustraciones: Ana Yael
La Urbanoteca está presidida por el pequeño homenaje que la ciudad de Madrid, desde la gran casa de Espacio Abierto, rinde a César Cort Botí. Diseñador y habitador de la Quinta, gracias a él y a su familia hoy todos podemos disfrutar de fantásticos rincones, de su mar de almendros y sus paseos verdes y llenos de flores… y ahora, también, de la que él llamaba la Casa de Arriba.
Se trata de la exposición permanente Ciudadano César Cort, con un sugerente mural envolviendo el espacio y un divertido vídeo que salta de los muros para entrar en la pantalla y que nuestro público pueda continuar el juego en el mismo espacio, además de una breve pieza informativa que da el contexto a grandes y pequeños, y que nos permite llevarnos a casa las preguntas, ilustraciones e ideas que nos propone la exposición.
Exposición permanente Ciudadano César Cort:
Construir ciudades para que la gente sea feliz; llenarlas de espacios verdes distribuidos por todo el plano y comunicados por parques peatonales; mantener la ciudad limpia, separar y aprovechar los residuos; reducir los desplazamientos en transporte privado; promover huertos de proximidad para el abastecimiento con productos naturales de temporada; combatir la especulación inmobiliaria; facilitar la vida en los pueblos para evitar la despoblación rural, dotándolos de infraestructuras y servicios sociales y culturales.
Todas estas ideas son las que compartimos ahora buena parte de los habitantes de las ciudades; algunas son una realidad, otras nos resultan más difíciles de llevar a la práctica, pero todas están muy presentes en nuestra vida cotidiana.
Estas ideas que ahora nos resultan tan familiares, eran excepcionales en los años 20 y 30 del siglo XX, las defendían un grupo reducido de arquitectos y urbanistas, europeos y norteamericanos; uno de ellos, entre el grupo de españoles, era un vecino de Madrid, se llamaba César Cort Botí, había nacido en Alcoi, en 1893, y era todavía muy joven cuando se trasladó a Madrid. En esta ciudad estudió arquitectura, fundó la primera cátedra de urbanismo en España, que él llamo Urbanología; fue elegido concejal monárquico durante la Segunda República; creó la editorial Plus-Ultra, desde la que difundió el arte español; fue miembro activo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando; y construyó la Quinta de los Molinos, donde vivió hasta su muerte en 1978.
Le gustaba viajar, ir a la ópera, plantar árboles y semillas de flores que traía de Francia, Alemania o Italia cuando viajaba a congresos de urbanismo. Su relación con arquitectos y urbanistas de Europa y América Latina propició que en 1954 fuera nombrado Miembro Correspondiente del Royal Institute of British Architects. Los últimos años de su vida los dedicó a actividades empresariales y a cultivar la tierra en la Quinta.
La exposición permanente Ciudadano César Cort, está diseñada como un juego, el juego de pensar, de imaginar, de descubrir, de conocer. El mural de la Urbanoteca en Espacio Abierto plantea una serie de interrogantes relacionados con la vida en la ciudad, interrogantes que abren temas de investigación y discusión. Son temas que aparecen cada día en los medios de comunicación y que estudiamos en clase, de los que hablan los mayores y de los que también podéis hablar los que no sois tan mayores, porque son temas importantes y porque tenéis mucho que decir sobre ellos.
Anotamos los más relevantes: la diferencia entre urbano y no urbano, el crecimiento de la población, la arquitectura, la vivienda, el reciclaje de residuos orgánicos y no orgánicos, el abastecimiento de alimentos, el transporte, el espacio reservado a los animales, el espacio reservado a la vegetación, el paso de las estaciones, el bienestar de quienes habitamos la ciudad.
Hay además decenas de imágenes que reflejan actos de nuestra vida cotidiana en la ciudad, vecinas y vecinos que disfrutan del juego, el deporte, la cultura y la naturaleza. Las miramos y pensamos: ¿quiénes son?, ¿qué hacen?, ¿por qué están ahí?, ¿para qué se juntan?, ¿de qué hablan?
Algunas son muy fáciles de responder, otras nos harán pensar más. No todos responderemos lo mismo; no importa, mejor, así descubriremos cosas que nunca se nos hubieran ocurrido. Miramos otra vez las imágenes y se nos vienen a la cabeza más interrogantes: ¿son respetuosos?, ¿son cívicos?, ¿son inteligentes?, ¿son felices?
La exposición permanente Ciudadano César Cort está diseñada como un juego, el juego de pensar, de imaginar, de descubrir, de conocer. Es un juego muy especial porque se puede jugar delante del mural de la Urbanoteca o en cualquier sitio a dónde nos llevemos este folleto: en los jardines de la Quinta, en el metro, en casa, en clase. También es especial porque un día podemos dar unas respuestas y otro día, cuando las hemos pensado mejor, podemos dar otras. Pero lo más especial, lo más, es que jugando a imaginar, a descubrir y a conocer nadie pierde.
¿Jugamos?
La Quinta de los Molinos es un espacio público, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, catalogado como jardín histórico y bien de interés cultural. La primitiva dehesa del siglo XVII perteneció sucesivamente a varias familias de la nobleza española, hasta que en 1920 pasó a manos de César Cort Botí, que inició las obras de construcción del palacio y de las instalaciones del parque en 1925.
En la actualidad la extensión total de la finca es de 21,5 ha. y mezcla cultivos agrícolas (olivos y más de mil almendros), con zonas de frondoso arbolado (pinos, eucaliptos, coníferas, mahonias, mimosas) y de jardín de flores.
César Cort Botí dispuso todo lo necesario para cuidar de la naturaleza en la finca: dos molinos de viento traídos de EE.UU., y que dan nombre a la Quinta, extraían agua de dos pozos y de los arroyos del Tranco y de la Quinta; un depósito de presión, estanques de almacenamiento y una red de canalización permitían llevar el agua a cada rincón del parque.
La Quinta de los Molinos se pensó para habitarla, para ello César Cort Botí diseñó y construyó el palacete que ahora conocemos como Casa de Arriba y posteriormente la Casa de Abajo. En las dos vivieron César Cort Botí y su familia. La Casa de Arriba es un ejemplo poco habitual en Madrid de arquitectura pre-racionalista, inspirada en el estilo de Secesión Vienesa.
Una pista de tenis, un lago de recreo con surtidor, la rosaleda, la caseta de los guardas en la entrada por Suances, el invernadero, los bancos que permiten descansar en los caminos interiores, las fuentes, y algún detalle arquitectónico: grutas, columnas, con intención decorativa, completan el paisaje de evocación mediterránea de la Quinta.
Un espacio ciudadano municipal, para disfrutar de la naturaleza y de una amplia oferta cultural, lúdica y artística.